El serrín tuvo que hablar En su quema

El serrín tuvo que hablar
En su quema imperiosa,
En ceniza temerosa.

Guarda mucho que contar:
Batallas de vana prosa,
Libertad en alba losa,

Lamentos de todo andar
Y fábula pegajosa…
Toda viñeta gloriosa

Torpemente en mí se posa:
Traen bobadas
Que no
Me interesan en
Absoluto.
Antes prefiero
Escudriñar una rosa
Y oír al viento organar.

Me tachas de tullido        

Me tachas de tullido                sin aún conocer
Mis trágicas proezas                en el seno del ser;
Nunca fui suficiente                para satisfacer
Tu caminar lascivo                tan ebrio de poder;

Aquello que ansías conocer
Solamente será concebido
Si en el baremo de tu saber
Bien encaja el ente medido.

De acuerdo, mi discurso
Lo formularé en dictado más breve:
Acceder a tu mundo
Que mi totalidad niegue requiere;
¿En tu orden perfecto
No tiene cabida este soneto?